Más
allá de codificar y decodificar: Lectura y escritura como prácticas sociales
La expresión popular
mexicana de: "La letra con sangre entra", que muy probablemente muchos
habremos escuchado en alguna ocasión, podría compararse con la representación
social, un poco exagerada, de la educación tradicionalista. En lo que respecta
a la adquisición de la escritura, hasta hace poco tiempo se pensaba que esta
habilidad estaba estrechamente relacionada con la enseñanza adecuada de la
técnica de la escritura, dejando de lado dos aspectos primordiales que la
psicóloga Emilia Ferreiro desea recuperar en su obra: la escritura en tanto
objeto de conocimiento, y el sujeto de aprendizaje, en tanto sujeto que conoce.
De acuerdo con la obra
de Jean Piaget, los niños y niñas no esperan a estar frente a la experiencia de
escolarización formal para comenzar a reflexionar sobre problemas complejos
relacionados con el mundo que les rodea y para ir organizando sus esquemas e
ideas para tratar de comprender las experiencias a las que se enfrentan, sino
que lo hacen de manera sistemática a edades sumamente tempranas. Sin embargo,
somos nosotros los adultos quienes limitamos la forma en la que representan sus
ideas al tratar de adecuarlos a lo que nosotros concebimos como escritura.
La conceptualización de
la escritura y la lectura como meros procesos de codificación y decodificación
de símbolos ha quedado en el pasado, ya que las investigaciones recientes
apuntan a que estos dos procesos se desarrollan de manera social al ofrecer a
los niños, niñas y jóvenes, oportunidades genuinas para practicar la lectura y
la escritura desde sus propios términos. Esto en el entendido de que
alfabetizar implica mucho más que enseñar a leer y escribir de manera convencional;
implica acercarlos a la cultura de lo textual, brindándoles herramientas
necesarias para transitar en el mundo de manera exitosa.
En cuanto a la lectura, ésta es un proceso básico y transversal a
todas las actividades de enseñanza y por medio del cual se evalúan prácticamente
todos los aprendizajes, por lo que es crucial el desarrollo de dicho proceso no sólo para aprobar satisfactoriamente los diversos niveles educativos
sino para lograr desenvolverse con plenitud en la actividad ciudadana.
En conclusión, la lectura y la escritura
siempre son prácticas sociales y situadas en un contexto, por lo que su enseñanza debería contemplar
esta situación, estableciendo
un acompañamiento adecuado a los aprendices de acuerdo a sus
necesidades particulares y permitiéndoles explorar todo lo que conlleva la comunicación textual. Es necesario revisar y reflexionar sobre nuestras prácticas docentes para alcanzar la meta
de alfabetizar a nuestros alumnos volviéndolos competentes, hábiles y críticos,
capaces de disfrutar una herramienta creadora.
Psic. Carmita Díaz López
Psicóloga Escolar y Clínica
Contacto: 9991-11-94-03
"Trascender" Centro de Atención Psicológica Integral.
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