martes, 17 de mayo de 2016

Más allá de codificar y decodificar: Lectura y escritura como prácticas sociales

La expresión popular mexicana de: "La letra con sangre entra", que muy probablemente muchos habremos escuchado en alguna ocasión, podría compararse con la representación social, un poco exagerada, de la educación tradicionalista. En lo que respecta a la adquisición de la escritura, hasta hace poco tiempo se pensaba que esta habilidad estaba estrechamente relacionada con la enseñanza adecuada de la técnica de la escritura, dejando de lado dos aspectos primordiales que la psicóloga Emilia Ferreiro desea recuperar en su obra: la escritura en tanto objeto de conocimiento, y el sujeto de aprendizaje, en tanto sujeto que conoce.

De acuerdo con la obra de Jean Piaget, los niños y niñas no esperan a estar frente a la experiencia de escolarización formal para comenzar a reflexionar sobre problemas complejos relacionados con el mundo que les rodea y para ir organizando sus esquemas e ideas para tratar de comprender las experiencias a las que se enfrentan, sino que lo hacen de manera sistemática a edades sumamente tempranas. Sin embargo, somos nosotros los adultos quienes limitamos la forma en la que representan sus ideas al tratar de adecuarlos a lo que nosotros concebimos como escritura.


La conceptualización de la escritura y la lectura como meros procesos de codificación y decodificación de símbolos ha quedado en el pasado, ya que las investigaciones recientes apuntan a que estos dos procesos se desarrollan de manera social al ofrecer a los niños, niñas y jóvenes, oportunidades genuinas para practicar la lectura y la escritura desde sus propios términos. Esto en el entendido de que alfabetizar implica mucho más que enseñar a leer y escribir de manera convencional; implica acercarlos a la cultura de lo textual, brindándoles herramientas necesarias para transitar en el mundo de manera exitosa.   

En cuanto a la lectura, ésta es un proceso básico y transversal a todas las actividades de enseñanza y por medio del cual se evalúan prácticamente todos los aprendizajes, por lo que es crucial el desarrollo de dicho proceso no sólo para aprobar satisfactoriamente los diversos niveles educativos sino para lograr desenvolverse con plenitud en la actividad ciudadana.

En conclusión, la lectura y la escritura siempre son prácticas sociales y situadas en un contexto, por lo que su enseñanza debería contemplar esta situación, estableciendo un acompañamiento adecuado a los aprendices de acuerdo a sus necesidades particulares y permitiéndoles explorar todo lo que conlleva la comunicación textual. Es necesario revisar y reflexionar sobre nuestras prácticas docentes para alcanzar la meta de alfabetizar a nuestros alumnos volviéndolos competentes, hábiles y críticos, capaces de disfrutar una herramienta creadora.  



Psic. Carmita Díaz López
Psicóloga Escolar y Clínica
Contacto: 9991-11-94-03
"Trascender" Centro de Atención Psicológica Integral.

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