Dicho artículo era autoría de un biólogo que describía las conductas de las hormigas orientadas hacia la conformación de una sociedad organizada y sumamente auto-regulada. Es por esto, que decido elaborar una entrada, con afán de compartir algunas ideas que surgieron en torno al tema; así como las partes que más llamaron mi atención de esta analogía.
Las hormigas llevan muchísimos años radicando en la Tierra (inclusive llevan más años que los seres Humanos) y han pasado por numerosos procesos de mutación para la adaptación a los diferentes entornos que les ha tocado vivir. Uno de estos procesos adaptativos, es su conformación como sociedad, variable en la que me encuentro interesado en poder profundizar.
Se conoce regularmente a las hormigas como los "super-organismos" que han logrado una estructura social que favorece el bien común y que de alguna manera impera ante el individualismo. La hormiga sabe bien que por su estructura organísmica, su limitado abanico de posibilidades, y por años y años de varios prototipos físicos concedidos gracias a su evolución, no sobreviviría si se enfrasca en sí misma, dando pie al egotismo.
Es por su cooperación y por sus grandes habilidades para la organización social, que han logrado sobrevivir ante tantas circunstancias adversas. Aún más, me resulta necesario indicar que cada hormiga cumple una función dentro de su propio hormiguero y que destaca por sus habilidades que suelen ser únicas para la tarea que ejecuta. Así es como las hormigas más robustas y con agilidad en las patas, suelen ser quienes transportan la comida, debido a que su estructura fisiológica es la más adecuada para esta tarea; otras se dedican a la arquitectura y forma del hormiguero; algunas más, a la atención y cuidado de las larvas; por tomar diversos ejemplos.
En si, las hormigas tienen un común denominador en el ejercicio de sus tareas: la supervivencia de su sociedad. Es por esto, que se apoyan unas a otras (inclusive, cuando alguna sobrepasa su peso en carga, enseguida entran en grupo para apoyar en la transportación de dicha carga).
En contraste, la sociedad humana, ha adquirido en los últimos años, un tono individualista; basado en el poder y el control de su entorno, más que en la colectividad y progreso social auténtico. La hormiga sabe bien que depende del otro para lograr y/o complementar su trabajo; que necesita de la naturaleza para poder subsistir. El ser humano insiste en manipular el medio a su antojo, en no-adaptarse, sino en tergiversar sus prácticas hegemónicas para dejar huella a la fuerza.
En mi opinión; nos hace falta aprender esta lección que las hormigas nos dejan como sociedad. No me refiero necesariamente a confluir, sino a ser-con-el-medio y crear alianzas estratégicas que como comunidades nos brinden facilidades para integrarnos, organizarnos y trabajar por la experiencia de reconocernos en conjunto, como un todo.
Nos hace falta adaptarnos, nos hace falta aprender de otros organismos y que, como bien diría el autor de citado artículo: "En el futuro, la diferencia entre humanos y hormigas se determinará por una sola variable: El éxito evolutivo".
Finalmente, quisiera dejar una frase que más que introductoria al artículo, me pareció demasiado acertada para la ilustración de la construcción de las ideas en esta entrada:
"Al igual que la raza humana, las hormigas son unos de los pocos animales que viven en sociedad, compartiendo un lugar donde coexisten de manera organizada. La diferencia entre hormigas y humanos es que, aunque no sean inteligentes, ellas sí han logrado formar una sociedad perfecta y armoniosa, cuyo objetivo es el bien común". Biol. Oscar Aranda.
Psic. Davy Aguilar Ríos
Psicólogo Clínico Cognitivo-conductual y GestaltContacto: 9992198951
"Trascender" Centro de Atención Psicológica Integral.
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