"Haz sencillamente tu trabajo con todo tu corazón, y los temas en los que
necesitas tomar partido se harán evidentes en poco tiempo"
necesitas tomar partido se harán evidentes en poco tiempo"
-Paul Goodman
Vivimos en épocas donde el hartazgo social es el pan de cada día; en donde el cansancio por enfrentar situaciones sumamente frustrantes y estresantes, desencadenan una serie de reacciones en la Persona, llevándolo a tomar parte de estos fenómenos desde diferentes posturas que le ayuden a lidiar con lo complejo y difícil de los cambios.
En mi praxis terapéutica, me he enfrentado con situaciones que corresponden a un gran marco social y que afectan (e influyen) directamente a la Persona que se sitúa justo frente a mí, llevándome a la comprensión del "síntoma" como una forma de adaptación a lo que existe fuera del consultorio... Y por qué no decirlo, de la forma en cómo yo enfrento estas situaciones a partir de mis propios síntomas.
¿Cómo no tener brotes de ansiedad cuando las demandas sociales están a la orden del día, imponiendo su cumplimiento a una velocidad imperante?
¿Cómo no deprimirnos ante la necesidad de cumplir con estas demandas y observar que estamos lejos de llegar a la ficticia meta?
¿Cómo no escindir nuestra personalidad cuando ante una necesidad de ser vistos y amados, solo obtenemos indiferencia?
¿Cómo no caer en adicciones cuando lo que necesitamos es apoyo y comprensión por nuestra necesidad de afecto en un ámbito social hostil?
Se cree que cuando trabajamos con una persona en el ambiente terapéutico, únicamente podemos abarcar lo que se nos presente al frente; descartando un mundo de posibilidades que forman el fenómeno que precisamente llega ante nosotros de manera individual. Si explicamos el fenómeno que va tomando forma, tal vez, podamos observar la necesidad que surge de este orden y con este entendimiento, poder cambiarlo.
En mi experiencia, he observado cómo los cambios que tienen lugar dentro del consultorio, tienden a escalar de formas impresionantes a tal grado que los sistemas de la Persona, comienzan a presentar otras formas de relacionarse. Así podemos ver cómo una persona con experiencia ansiosa, comienza a escuchar lo que pasa internamente y a pedir apoyo de sus redes cercanas fuera del consultorio; estos, estando en la capacidad y disponibilidad de dar soporte emocional a la Persona, y junto con esto, proporcionar un cauce a lo que la persona siente.
Creo fielmente que la Psicoterapia es para intervenir con un campo gigantesco que corresponde a los sistemas que impactan e influyen en la Persona; y cuando podemos trabajar con esta persona, cambiamos la forma en cómo están ordenadas las cosas; es decir, promovemos un cambio social a partir del trabajo dentro del consultorio; así nuestro trabajo, no se queda en las cuatro paredes; sino que escala a grados interpersonales.
¿Qué hay del terapeuta?
"No se puede ayudar a otro sin arriesgarse uno mismo"
-Carl Rogers
Es inevitable que la historia de la persona que se nos sitúa enfrente, no impacte en nosotros y también promueva cambios en nuestros propios sistemas. Lo más interesante de este trabajo es que ¡también formamos parte de este famoso campo! y que como tal, también influimos (y nos influye) la situación. Es así como me he visto en momentos que remueven mi propia historia y con esto, algunos dolores del pasado (y del presente).
¿Por qué se da esto? La respuesta es simple, somos Seres Humanos en contacto con otros Seres Humanos y por característica, estamos en sensibilidad con el otro, en mutua empatía y correlacionados. Es imprescindible que como terapeutas estemos en contacto con eso que sentimos, dado que es información importante para el proceso de la persona. Y eso es: no dejar de lado que el proceso se trata de la otra persona y que como terapeutas andamos en disposición plena (sentidos, pensamientos, sentimientos, emociones, malestares, dolores, penurias, etc...) y que también puede colaborar en facilitar al otro su situación (brindar "contraste" en la revelación/transparencia).
Me gusta asimilar esto como un "estoy contigo y te acompaño desde mi Ser". Lo terapéutico de esto, está en que afuera del consultorio, casi nadie sabe acompañar y justamente el propósito de la Psicoterapia es acompañar desde donde estamos, desde nuestra propia experiencia (lo único que tenemos a la mano para ser sinceros).
¿Y qué hacer con nuestra propia experiencia en contacto con otra persona? Yo te invitaría a revisarlos en tu propia historia y que si es necesario, acudas con tu terapeuta. Y también te invitaría a que si te animas, que lo platiques con la otra persona, el diálogo es importante para su proceso y para el tuyo también.
La Psicoterapia como revolución
Estamos en épocas en donde sentir es sinónimo de revolución, en donde la norma implica apagar nuestra capacidad humana de ser sensibles ante el otro y más aún, ante nuestras propias necesidades de contacto, de afecto.
Ante el diálogo y ante la escucha activa, promovemos otras formas de contacto humano, uno más cálido; e invitamos a la persona a apropiarse de esta forma para gestionar por fuera, con sus redes de apoyo cercanas. Esto pareciera un efecto de onda expansiva, en donde el contacto con el otro es inevitable y este resuena en diferentes puntos de nuestras historias, de nuestros entornos.
La calidad de activismo social en la Psicoterapia recae en que damos la diferencia en el "uno a uno" y que sabemos que en realidad, trabajamos con un todo tan complejo y tan enriquecido de sus matices; creamos formas nuevas de relacionarnos junto con otras personas y destacamos sobre todo, nuestra capacidad sensible de enfrentar la situación. Cambiamos el "orden establecido" por uno de mutua correspondencia.
Muchas veces, lo que la Persona necesita es compañía en la incertidumbre, en la melancolía, en la soledad, y hasta en la alegría. Decir "estoy aquí" desde nuestra praxis cambia la atmósfera del encuentro y con esto, la relación que tejemos desde el Tú, el Yo, el Nosotros.
Somos seres comunitarios y como tal, estamos adscritos a una amplia gama de intereses colectivos que nos influyen y con los que nos relacionamos. La complicidad que se da en el consultorio es una forma de hacer comunidad y de promover cambios en el sistema del otro y en el sistema propio.
Psic. Davy Aguilar Ríos
Psicólogo clínico y Psicoterapeuta
Contacto: 9992-19-89-51
Trascender. Centro de Atención Psicológica Integral
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